Tengo 24 años de edad y estoy en décimo semestre de comunicación social con énfasis en mediación y transformación de conflictos.

Desde mis 9 años comencé a subir de peso debido al stress que me produjo la separación de mis padres y luego cada vez que sentía angustia me calmaba comiendo. Lo que preocupaba demasiado a mi familia e incluso a mi, pero esto me hacia mas daño porque al preocuparme me daba por comer…. Era terrible.

Probé todo tipo de dietas, pastillas para quitar el hambre, malteadas etc.… con las cuales si bajaba de peso pero… al mes, a los dos meses me cansaba, o las pastillas perdían su efecto y…. me engordaba nuevamente recuperando en muy poco tiempo todo lo que bajaba y subía un poco más.

Deje de intentar adelgazar un tiempo, me había cansado de eso igual nunca tuve problemas para tener novio así que mi lema era «me tienen que querer por lo que valgo y no por como me veo». Un día me hablaron de la cirugía y me negaba a contemplar la idea hasta que vi con mis ojos los resultados… quedé impactada y comencé a hacer las vueltas para operarme.

Desde que conocí al Doctor sentí plena confianza en él, aspecto fundamental en una cirugía, así que estuve tranquila antes y después a pesar que tuve una pequeña complicación.

El día de la cirugía me desperté un poco mal, vomitaba mucho pero nada grave, eso si con una sed increíble pero al ponerme suero se me quito!! Así estuve 2 días sin probar nada, cosa que me agradaba ya que empezaba a adelgazar, luego el doctor me permitió tomar gatorade de uva de ahí empezaron las sopitas y así salí del hospital pero en casa me sentí mal, había desobedecido los concejos de mi mamá de no hablar y me llene de gases que me producían dolores intensos, podría decir con certeza que la cirugía no duele nada a comparación del dolor de los gases.

El agua de anís estrellado fue la solución a mis problemas, tome juiciosa de eso todo un día y santo remedio me mejore por unos días, luego comencé a sentirme débil y pálida hasta el punto de no poder sentarme en la cama me tocaba estar acostada. Así pasé 3 días tomando algo de suero pero no me provocaba ni levantar las manos, muy preocupada mi mamá me llevo al hospital de urgencias llegamos casi a rastras yo no podía sostenerme en pie el Doctor me vio y me dijo que era lo que posiblemente me pasaba, tenia una anemia y deshidratación severa a causa de una ulcera anastomotica gastroyeyunal de 10 mm, la cual estaba sangrando constantemente. A raíz de eso me hicieron doble transfusión y por medio de una endoscopia detuvieron el sangrado.

El Doctor Díaz me explicó muy bien que esto era algo que podía pasar a 1 de cada 5 operados, pero que con un correcto tratamiento se puede controlar perfectamente, en la clínica estuve 8 días interna para mantenerme controlada y esperando a que se superara en un 70 u 80% la anemia.

Desde que salí me he sentido muy bien, aun no puedo comer carne porque me hace vomitar así que solo como pollo y pescado (atún) pero eso si acostumbrándome a masticar despacio cuando no lo hago se cuales son las consecuencias… vomitar no hay otra opción, en mi caso el vomito es un poco regular, pero he intentado manejarlo y bueno estoy en un muy buen proceso.

Me siento muy tranquila, puedo darme unos gustitos con comidas ricas pero siempre respetando las cantidades y si es un dulcecito con probarlo quedo contenta.

No me da hambre pero me preocupo mucho por comer a mis horas y tomar muchos líquidos eso si puedo tomar bastante sin problema siempre y cuando sea agua o jugos sin azúcar (en mi caso con endulzante).

Mi cirugía fue el 13 de Abril de 2007 con 110 kilos de peso y dos meses después he bajado 19 kilos ósea estoy pesando 91 y mi meta es llegar a 55, la vida me ha cambiado, mi familia está feliz, mis amigos y compañeros de la U me preguntan que estoy haciendo que me ven mucho mas delgada, he usado ropa que no me ponía hacia años y otra nueva, bajé una talla de zapatos y mis anillos ya no me quedan… todo eso me hace feliz.

Angela María Rivas Franco